Es cierto, muchas veces no somos tomados en cuenta, no somos apoyados comercialmente como deberíamos… pero es que muchos no concientizan que formamos parte de sus vidas, de sus familias. Si hablo como oyente, los escuchamos cada vez que tenemos la oportunidad, tan lejos pero a la vez tan cerca, de a gratis nos acompañan sin pedir nada a cambio.

Bueno, quizás sí, un mensaje por sms, por Whatsapp o que lo sigas en las redes sociales. Con eso nos conformamos porque amamos lo que hacemos. La responsabilidad y puntualidad son nuestra tarjeta de presentación, aparte del carisma y simpatía que debemos derrochar a través de las ondas hertzianas para poder llegar con nuestro mensaje.

¿Qué he aprendido durante este tiempo en Somos del Tuy? Mucho. Nunca había escrito para que los demás me leyeran (salvo un párrafo para las redes sociales), no había conocido tantas historias de vida y entrega, aprender un poco más de ortografía, de redacción, en fin… son muchas cosas.

Saben algo importante que también aprendí, que no somos monedas de oro para caerle bien a todos, por estar en este medio muchas veces nos envuelven en el “prejuicio” sin conocernos. Gracias a los contactos realizados me he enterado que muchas veces caigo mal, a tal punto de no concederme una entrevista, otros nos colocan en un bando político sin estarlo, pero lo importante es que son acciones que nos nutren en vez de debilitarnos.

Quizás eso forma parte de lo complicado que es trabajar con las personas, todos merecemos respeto, por tener un certificado o no. Todos son profesionales en lo que hacen y ya. Así que para cerrar esta nota especial, les deseo lo mejor a todos. Los que amablemente me siguen dando las gracias por su nota de hace meses, hasta los que aún no dicen ni “Ok”. ¡Todo es parte del show! Y claro que no me arrepiento de ser parte de Somos del Tuy, ahora es cuando. ¡He dicho! ¡Gracias por leer hasta aquí!

Luis González

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