Tal es el ejemplo de una mujer después de los 30 años que quiera tener el mismo código de vestimenta de su hija adolescente de 15, donde la excusa errónea es que en su tiempo ella no pudo obtener el pantalón, la camisa y los zapatos soñados. También está el caso del hombre de 40 años en adelante que quiera vestirse con ropa ajustada, un arete en la oreja y mil tatuajes en el brazo porque en su etapa de adolescencia no tenía los recursos y ahora quiere verse más jovial... o la típica mamá que quiere ser fitness "ajuro" porque se acompleja de su cuerpo y prefiere pasar 24/07 en un gym cuando tiene tres criaturas y un marido que atender en casa (esto pasa ¡claro que pasa!). Estos ejemplos y más suelen presentarse en una sociedad donde el estancamiento de una etapa emocional no permite una aceptación de lo que se es actualmente: UN ADULTO.

Desde mi punto de vista, ser adulto implica mucho desde que te despiertas hasta que te acuestas y si de algo estoy segura es que uno debe vivir de acuerdo al tiempo que le toca. Para empezar, es justo y necesario vestir acorde a tu edad, a fin de cuentas el "alma joven" es cuestión de actitud y aún así ser feliz.

Como mamá de una adolescente, jamás me igualaría a ella por razones obvias: edad, tiempo, momento, vestimenta, gustos e intereses y eso no me hace sentir que me quedé en la prehistoria. Vivo mi vida como es, siendo adulta responsable, dedicada a lo que me gusta hacer, me visto de manera sencilla y acorde a mi edad, pero por sobre todas las cosas: me amo y me aceptó tal cual soy, y eso a muchísimos les cuesta a estas alturas del partido (por eso viven en regresión constante).

Aconsejo lo siguiente:

- Vive a tu tiempo

- Valora

- Acepta

No es lo mismo llegar a adulto joven que vivir y hacer lo que hace un joven... ¡quema a tiempo tus etapas!

Lic. Mary Gil, CNP 20.589

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