Por esta razón decidí escribir estas líneas esta semana ya que hace un mes, si mal no recuerdo, conversando con una persona le explicaba las bondades de tener o aplicar la doble autenticación en sus aplicaciones, se me quedó mirando como cuando uno le habla a un perro y este gira su cara de asombro como diciendo no te entiendo; ésta misma persona hace días sufrió el robo de identidad que conllevó a estafas desde su número telefónico a sus contactos cercanos, además de dinero en su cuenta bancaria, todo por no prestar atención a lo que le aconsejaba.

Esta semana fue el Día Mundial de la Internet la cual ha revolucionado nuestras vidas, cambiado la forma en que nos relacionamos, aprendemos, nos entretenemos y trabajamos. Los beneficios de nuestro mundo conectado son múltiples, pero también los riesgos, incluido el de ser víctima de una estafa. El fraude ha existido, por supuesto, en diversos tamaños y formas durante muchos años. Sin embargo, en Internet ha encontrado una nueva vida y ha desarrollado estrategias propias.

Cuantos más lugares utilicemos para disfrutar de las ventajas de la Red, más oportunidades tendrán los estafadores de explorar y explotar, ya sea para fraudes de citas, falsos sorteos y loterías, estafas de herencias, falsas ofertas de trabajo e incluso estafas de compras, por nombrar solo algunas de las más comunes que circulan.

En primer lugar, existen distintos tipos de estafas que llevan muchos años implantadas en la sociedad. Ese conocimiento acumulado se transmite de generación en generación de ciberdelincuentes. Las técnicas y los personajes probados a menudo se construyen meticulosamente y muchos correos electrónicos de phishing se elaboran para que no se note que hay algo raro, al menos a primera vista.

Algunos estafadores utilizarán todos los datos disponibles y aparentemente inofensivos sobre nosotros en su beneficio, vigilando nuestros movimientos online, normalmente en las redes sociales, para acabar explotando nuestra huella digital. A menos que tengas cuidado, cuanto más interactúes de forma digital, más probabilidades habrá de que sepan mucho sobre ti. En última instancia, les resultará más fácil engañarte.

Muchos estafadores pueden crear historias y personajes plausibles que no siempre activan sus filtros de spam. Asimismo, son rápidos en explotar los acontecimientos actuales para su propio beneficio, incluso aprovechando los temores que rodean a las emergencias públicas, como ha sucedido con el 11 de septiembre, el Covid-19 o la guerra en Ucrania.

Los estafadores te presionan para que actúes ahora, no quieren que pienses bien las cosas. Un premio lo será solo por tiempo limitado y una factura vencerá el mismo día, por citar sólo algunos ejemplos en los que te instan a tomar alguna decisión lo más rápido posible. Entonces, es probable que aprietes el gatillo sin tener en cuenta todo el panorama y sin verificar si el mensaje es legítimo. Recuerda que debes detenerte y pensar antes de tomar cualquier decisión.

Aprovechando tus dificultades financieras o simplemente el deseo de obtener dinero fácil, muchas estafas comienzan ofreciendo falsos regalos o incluyen promesas de rendimientos de inversión altísimos. Muchas personas tienen el mal habito de reenviar cadenas por las mensajerías instantáneas sin conocer quien la envió o redactó, el ciberdelincuentes sabe que el desconocimiento y la avaricia son los flancos débiles para poder actuar; entonces envían una nota diciendo que tal o cual marca de zapatos entregará en todo el mundo diez mil pares de zapatos a las primeras 10 mil personas que se registren en el sorteo y el incauto -por codicioso- le entrega toda su data al delincuente quien, aplicando técnicas de ingeniería social, lo estafará en cuestión de días.

También las personas tienden a confiar en quienes ocupan puestos de autoridad. Los estafadores suelen hacerse pasar por personas que tienen algún tipo de experiencia: un funcionario del gobierno, un abogado, un ejecutivo de una empresa o un experto en un campo específico. Son personas en las que nos han enseñado a confiar. Los estafadores tratarán de parecer organismos oficiales y utilizarán los nombres de empresas u organizaciones que puedas reconocer para lograr su objetivo.

Las estafas son cada vez más frecuentes, y puede ocurrir que alguien intente estafarte en un día en el que te sientas enfermo, cansado o vulnerable por otros motivos. Al estar preocupado por cosas más importantes, puedes prestar menos atención a los detalles, lo que abre la puerta a posibles riesgos. Los estafadores pueden incluso percibir tu vulnerabilidad y aprovecharse de ella.

Como sabrán el hackeo a la refinería en Estados Unidos o la reciente a Costa Rica sucedió en días no laborables, los delincuentes saben que los departamentos de sistemas o informática de las empresas tendrán menos personas laborando o menos personas atentas en esos días, siendo ese momento en el que precisamente atacan, sería entonces algo similar a que la empresa estuviese enferma o débil, llevando el ejemplo al mundo corporativo.

Mientras intentas averiguar si un número de teléfono que llama puede ser legítimo, ellos ya se están apoderando de tu mente, por así decirlo. Las estrategias que implican peticiones de ayuda crean empatía con el estafador o con las personas a las que el estafador dice representar. Por ejemplo, las narraciones de tragedias personales o emergencias públicas siguen siendo eficaces. Incluso si en el fondo de tu mente sabes que podría no ser cierto, sigues inclinado a ayudar 'por si acaso'. Los estafadores se dan cuenta de que la gente quiere sentirse útil.

Debemos también recordar los casos de estafas románticas, hace poco la cadena de televisión por streaming Netflix emitió un documental sobre El Estafador de Tinder, si por casualidad interactúas con un estafador romántico, normalmente a través de mensajes, puede pasar un tiempo preparándote para ganarse tu confianza, haciéndote sentir comprendido e incluso probando hasta dónde puede llegar contigo.

Por todas estas razones considero que las personas continúan siendo presas fáciles de los ciberdelitos, espero que tomen en cuenta estos ejemplos para estar atentos y evitar ser víctimas.

Adolfo Gelder

adogel@gmail.com