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Opinión
Miércoles, 12/6/2024Con poco tiempo en la escena política nacional, el candidato presidencial de la oposición, Edmundo González, supera el 50% de aceptación en todas las encuestas
A pocas semanas para los comicios electorales, previstos para el 28 de julio, todas las encuestadoras serias del país arrojan cifras poco halagadoras para el candidato mayor del oficialismo, porque son varios. Mientras que, con poco tiempo en la escena política nacional, el candidato presidencial de la oposición, Edmundo González, supera el 50% de aceptación en todas las mediciones de opinión; y en todos los estratos sociales.
Razones hay muchas para explicar este fenómeno de opinión. En primer lugar, el peso del desgaste natural de un gobierno que lleva 25 años en el poder erosiona considerablemente cualquier imagen, no es fácil remontar la cuesta cuando la improvisación, los errores y las mentiras copan la escena; también hace mella la pésima gestión en la administración pública, sobre todo con el flagelo de la corrupción y pésimos servicios. Pero, lo que más ha acentuado la debacle de la candidatura oficialista ha sido la terrible estrategia comunicacional que adelantan desde el Psuv y el gobierno, cuando se percibe que es María Corina Machado quien marca la pauta. Seguir su ruta de campaña, impedir el paso, intimidar a quienes la reciben e imitar sus movimientos, son posiciones que, lejos de ayudarlos, favorecen el liderazgo de María Corina; ahora trasladado en votos a Edmundo González.
Es imposible borrar de la memoria de los venezolanos los robos en Pdvsa, Corpoelec y otras empresas del Estado; tratar de evitar las elecciones primarias de la oposición; el engaño del referéndum para defender el territorio Esequibo; el éxodo voluntario de gran parte de la población joven del país; decenas de presos políticos; y mucho menos, que el pueblo siga ignorando las condiciones en que se encuentran los hospitales, las escuelas, las universidades, las carreteras; etc. Todo esto erosiona, y el pueblo lo castiga al momento de votar.
No por mucho bailar en costosas tarimas, en el capot de un vehículo del ejército o hacer piruetas en motocicletas, se puede llegar a cambiar la matriz de opinión sembrada en el sentimiento nacional; ya el tiempo se agotó. Y si la pretensión es darle un zarpazo al proceso electoral; de todas maneras, para cuando prorroguen las elecciones; las tienen perdidas.
Por otra parte, es sorprendente que un hombre casi desconocido en el campo político, con apenas unos meses de haberse lanzado al ruedo; pero, con credenciales suficientes para asumir tan alta responsabilidad, como lo es Edmundo González, se mantenga en la cúspide de la opinión pública; muy por encima de su más cercano contendor, con todo el poder que ha exhibido durante más de 20 años.
Desviar la atención de los venezolanos con malabarismos de opinión pública para opacar la trayectoria del cambio en el país no ha dado resultado, ni dará.
Llegó la hora del cambio en Venezuela.
Rafael González
rafagonrg@gmail.com
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