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Periodismo Alternativo
Viernes, 30/12/2022 Me da gusto saludarlos apreciados lectores. Ya por despuntar está el año 2023, uno que se torna de mucha expectativa, incertidumbres, aunque en el caso de la gente emprendedora y afanada por el progreso, augurando tiempos mejores.
Un panorama distinto, más llevadero en cuanto al factor económico, lo cual definitivamente incide en nuestra calidad de vida. Ha sido un período de supuestos avances y recuperación en cuanto a la situación financiera de Venezuela. Aseverado incluso por organismos interamericanos que analizan los índices bursátiles, la salud financiera de los países de la Región.
Cerramos 2022 con una inflación que según estimaciones de expertos, está cercana al 180%. Un salario mínimo dramáticamente decrecido a tan solo: 7,5$, por cierto, la divisa norteamericana en contraposición al Bolívar aumentó 273% respecto a enero de 2022, periodo en el que se cotizaba en 4,58 Bs.
Nada menos que en el actual mes ha sido afectado, con una devaluación de 34% el valor de la moneda local ante el billete verde. Lo cual, ineludiblemente, ha incidido en el incremento del costo en cuanto a bienes y servicios y ese detalle que asombra: lo cada vez más complejo para adquirir los productos de la cesta básica alimenticia y optar por una vida más digna.
Todos estos factores evidentes y palpables en el día a día, pudieran suponer de cierto modo, una especie de "estancamiento" de la anunciada recuperación económica, por parte de personeros del Gobierno y hasta la cúpula empresarial. Además, un descenso en cuanto al consumo. Ojalá suceda todo lo contrario.
La dolarización de facto, con todo lo que implica: la rotunda y abusiva negación por parte de la generalidad de comerciantes a dar vueltos en divisas. O persuadir al público a gastar más de lo previsto, en el caso por ejemplo. Cuando es el caso, algún comprador realiza su pago con un billete de 20$, o hasta en mucho casos, otorgar caramelos para compensar algún sencillo. Así es parte del devenir del "mamotreto" de la economía venezolana.
Así las cosas. Se hace apremiante, la aplicación de una especie de "fórmula mágica", una que al menos, atenúe los efectos de toda esta cruenta realidad. Por el ahora, y antes de un eventual incremento del salario mínimo, que a ciencia cierta, en la inmensa generalidad de los casos corresponde a los trabajadores del sector público. Porque es el caso, que en la nómina de la empresa privada, aplica salarios que oscilan (según estadísticas confiables entre los 60 y 180$ al mes) e incluso una cantidad mayor, a razón del cargo que se ostente. Que detalle tan paradójico. Algo realmente sub real. Para con lo que es el monto del salario mínimo y el pago de pensiones: menos de 8$, es decir, un pensionado de la República, a los cuales les otorgaron 2 meses de aguinaldo, recibieron apenas 18$ ¡Para dos panes de Jamón! Detalles...
Veremos cómo los siguientes aspectos imponen el ritmo de la economía en el venidero año... La presión y el descontento social, con toda la abrupta subida de precios de alimentos. Bienes y servicios diversos. Incremento de pasajes urbanos y sub urbanos, y rutas largas además. Acentuada escasez de combustible. La decretada inamovilidad laboral durante dos años para el sector público y privado, que ante un eventual e imprescindible incremento salarial, pudiera incidir en una volátil subida de costos en los productos, el encarecimiento del costo de la vida. "Amanecerá y veremos"... De todas maneras: El Padre es Dios. ¡Felicidades en unión familiar. Coman sabroso! Que logren degustar mucho de toda esta suculenta comida decembrina. Protejamos los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Alberto Hidalgo
Albert.5@outlook.com