Entre estas percepciones se puede recoger que la mayoría de los venezolanos hace suyo el manifiesto rechazo al régimen, expresando que quiere un cambio de gobierno, razones sobran., como bien lo reflejan las mediciones de opinión. Seguramente sale a relucir el tema de los salarios, que repercute en la calidad de vida de la familia venezolana; así como el alto costo de la vida; la falla de los servicios públicos (agua, electricidad, teléfono, salud, transporte, etc.); entre otras calamidades.

Por otra parte, como de la noche a la mañana, se le ha despertado un enorme entusiasmo a la gente por participar en unas elecciones que propicien este cambio de gobierno, encontrándose coincidencias entre personas adeptas al oficialismo cuando hablan con amistades afectas a la oposición. Tal vez lo hagan en voz baja, pero, lo hacen. Esto no lo veíamos hace unos dos o tres años atrás.

Y, en el mismo tema electoral, coinciden en querer unas elecciones primarias, para ir a votar.

De los porcentajes que respaldan esta percepción se encargarán las empresas que miden la opinión popular, que siempre lo están haciendo, sólo que algunos dirigentes políticos no lo quieren leer, entender, … o aceptar.

La misma percepción está sembrada en la población venezolana, respecto a la candidatura a las elecciones primarias, como también a las presidenciales, que no ha bajado en las estadísticas de estas empresas, desde noviembre del 2022; marcando así la existencia de un fenómeno político que tenemos en la punta de la nariz, el cual se ha tornado irreversible; como es el caso de la candidatura de María Corina Machado.

Pero, existe un tema de muy poco trato por las personas que se encuentran casualmente en la calle, tal vez se lo dejan a quienes trabajan la política desde sus organizaciones; es sobre el patrón de comportamiento de una enorme población electoral, a quienes por costumbre llamamos los ni-ni, o indecisos; el cual debe ser tomado en cuenta, con estrategias especiales para captar su atención.

Así mismo, como por arte de magia, desapareció de la chercha popular la disposición de protestar en la calle, nada de marchas, quemar cauchos o guarimbas que pongan en riesgo la vida de otros menos la mía.

Lo cierto es que la gente está hablando; y lo que dice el pueblo es la voz de Dios, y así lo está expresando.

Rafael González

rafagonrg@gmail.com