En la medida que avanzaba el recorrido mañanero por cada una de las locaciones previstas por la Comisión Nacional de Primarias, para sufragar en este municipio, iba apareciendo esa mezcla inexplicable de sentimientos encontrados donde la alegría, el entusiasmo y el llanto frágil contagiaban a los acompañantes dentro del vehículo. Hacía mucho tiempo que en los encuentros electorales en nuestro país, casi 24 años, no afloraban estos sentimientos con tanta fuerza.

Ver la chispa alegre de los ojos de los tereseños, sentir el abrazo fuerte y duradero de quienes teníamos tiempo de no ver; y sabiendo que habían dado aquel mal paso electoral desde 1998, presagiaba que algo estaba ocurriendo en esos humildes recintos, incluyendo los estacionamientos de la urbanización, bajo un frondoso árbol, donde se llevaba a cabo una votación.

Atrás quedaron los fatídicos pronósticos del régimen para descalificar un evento que nació en las entrañas profundas de un pueblo hastiado de engaños, desaciertos y de actos delictivos; que, con seguridad tendrán respuesta de la justicia terrenal y divina. Esas voces agoreras portadoras y erráticas no volverán más nunca ni siquiera intentar engatusar a los venezolanos.

De aquí en adelante las calles del pueblo estarán minadas de alegría, de entusiasmo y de esperanza; solo bastaría esperar que el sol se meta, llegue la noche; y veremos, como hoy, el mismo sol, pero más radiante.

Con la segura convicción, que vendrán tiempos mejores, para todos por igual; y con la fe puesta en el Todopoderoso que este grito de triunfo emanado del pueblo será recogido por quien ahora lleva la bandera de la unificación de la patria en una sola dirección.

Es un enorme paso el que hemos dado, aún quedan algunos escollos por resolver. Pero, la confianza está sembrada en una mujer valiente, aguerrida; acompañada de una legión construida a pulso, que, sin dudas, ahora será más fuerte porque el llamado no se hace esperar. Ahora más que nunca hace falta la unidad de todos.

Si algún compromiso por saldar le queda a María Corina Machado, es sin duda hacer el mejor de los esfuerzos para conquistar la población juvenil venezolana, para lo que ha de venir; y así cerrar con broche de oro la gesta libertaria que hoy lidera con la población mayor a su lado. No queda más que agradecer esa majestuosa manifestación de conciencia cívica expresada en unos papelitos, contados uno por uno; que se guardarán en la historia de cada grupo familiar que atendió el llamado.

Es imperativo mencionar el heroico gesto de esa legión de funcionarios electorales ad honorem que se encargaron de llevar con acierto un proceso electoral minado de obstáculos, ataques y burlas por parte de quienes pretenden frenar el cambio en Venezuela. Llegue hasta ellos, hombres y mujeres, que se entregaron por entero a este arduo trabajo. Felicitaciones.

Rafael González

rafagonrg@gmail.com