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Rafael en Bio
Martes, 26/7/2022 “La causa de la enfermedad está en el pensamiento y en la emoción, en la mente y en el ánimo. El efecto será en el cuerpo y se manifiesta en forma de enfermedad”, señaló en una oportunidad el Dr. Vicente Lino Ferrandiz quien no solo creó, secuenció y protocolizó la técnica del Quiromasaje, sino que desarrolló trabajos en el campo del hipnotismo, magnetismo y autosugestión. De allí que la forma cómo gestionemos el conjunto de emociones presentes durante la vivencia de un conflicto biológico, determinará que reaccionemos de una forma más o menos adecuada y que estos programas de supervivencia, latentes en nuestro cerebro, redunden en síntomas o enfermedades con mayores o menores niveles de complejidad.
Ante la necesidad de adecuar los programas inconscientes que se traducen en conductas, pensamientos o ideas no deseadas, podemos aprovechar la capacidad que tiene nuestro cerebro para realizar las mejoras a su “software” y dejar atrás los malos hábitos, contextualizar adecuadamente las situaciones estresantes y adoptar modelos de comportamiento que sean saludables, que nos generen placer, satisfacción y tranquilidad. Esto, sobre todo, logrando una mejor forma de percibir nuestro medio ambiente, nuestras relaciones y los objetivos que nos planteamos en la vida.
Una de las técnicas que abre un horizonte de posibilidades en este sentido es la hipnoterapia. Mediante la hipnosis y la autohipnosis podemos realizar el “hacking” (continuando el símil con el área de la computación que veníamos utilizando en la entrega anterior) y realizar los cambios mentales que deseamos propiciar.
Con la hipnosis, el terapeuta apoya al consultante en el proceso para lograr alcanzar un seguro estado ampliado de conciencia mediante el cual es posible darle una adecuada connotación a lo que vemos, escuchamos o experimentamos y adecuar las creencias, patrones y, finalmente, identificar vivencias conflictivas que vienen afectándonos de forma recurrente, cambiar la percepción que tenemos de ellas y terminar con las conductas o síntomas indeseados que nos generan estas programaciones, por lo que finalmente la técnica se constituye en una herramienta valiosa para acceder a la información inconsciente y así "modificar, "re-programar" y optimizar nuestro software mental.
Es importante aclarar que el proceso de reprogramación al que aspira el consultante requiere adelantarse con la mayor motivación y total compromiso de su parte. Debe ponerse en práctica de forma disciplinada el protocolo que indique el terapeuta, de manera que se establezcan las conexiones neuronales necesarias y la programación mental se realice de forma eficiente, logrando así resultados que sorprenderán gratamente.
Rafael EN BIO
rafael.biomagnetismo@gmail.com
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