La multitud, la algarabía y la sensación de triunfo, motivaron a los sacerdotes a iniciar el periplo de persecución y ejercer influencia con las autoridades romanas para apresarlo y eliminarlo; estaba en juego el poder, o mejor dicho, la pérdida del poder. Tal como lo predijo el profeta decapitado, Juan El Bautista. 

Es entonces cuando comienza el relato conocido en la sagrada escritura, como la pasión, muerte y resurrección de Jesús, hijo de Dios. 

2.022 años han transcurrido y la población católica sigue celebrando esta entrada de su líder espiritual, que inicia con la fiesta pascual, posterior al adviento y culminación de la cuaresma. 

La tradición y la creencia conducen a la obtención de un ramito de palma para hacerlo bendecir por el sacerdote, llevarlo a la casa y colocarlo detrás de las puertas principales para la protección espiritual, incluso muchos le otorgan el poder de la sanación de la familia; mientras que en la iglesia, una vez pasadas las fiestas pascuales, son quemados para usarlo como cenizas, que servirán para marcar la cruz en la frente de los fieles, cuando llegue el “miércoles de cenizas”. 

Mientras tanto, la Fe y la devoción continúan intactas en la feligresía, que cada año sigue muy de cerca las Estaciones por las cuales pasó el redentor de los pecados, nacido en Nazaret de Galilea. 

En esta oportunidad, el párroco del municipio Independencia, Juan Mijares, organizó una ruta especial para llevar la imagen de El Nazareno, que acostumbra a recorrer las calles el miércoles santo; a sitios estratégicos de la población, donde niños y adultos tendrán la oportunidad de tener muy de cerca a su líder espiritual. 

Claro, otros celebrarán esta entrada triunfal del mesías, líder de la humanidad, hijo de Dios; con distintas y peculiares formas. 

Rafael González

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