Es importante destacar que el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) y el sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) aunque muchas veces vienen escritos juntos, no significan lo mismo, por el contrario asociarlos continúa perpetuando el estigma y aporta muy poco a las estrategias de prevención. La principal diferencia es que tener la infección no significa tener las consecuencias de la misma o presentar alguna sintomatología asociada, en cambio desarrollar el síndrome sí que viene acompañado de algunos cambios y alteraciones clínicas, como las enfermedades oportunistas y patologías definitorias de SIDA (Sarcoma de Kaposi, Histoplasmosis, Mycobacterium tuberculosis, citomegalovirus, etc.) así como la disminución de las células inmunitarias encargadas de la defensa y el aumento de la carga viral. 

La transmisión del VIH ocurre a través del intercambio de fluídos corporales con una persona con carga viral detectable, como la sangre, la leche materna (para neonatos), el semen, las secreciones vaginales y el fluido anal. También se puede transmitir de la madre al hijo durante el embarazo. 

No es posible que ocurra la transmisión mediante los contactos ordinarios cotidianos como los besos, los abrazos y los apretones de manos o por el hecho de compartir objetos personales, agua o alimentos. La saliva no tiene carga viral, en cuanto al líquido preseminal la carga presente no es suficiente para que sea infectante. 

Es importante tener en cuenta que las personas con VIH que están en tratamiento antirretroviral (TAR) y han suprimido la carga vírica no transmiten el virus a sus parejas sexuales. De hecho, ha sido un arduo trabajo repetir hasta el cansancio y en esta oportunidad se repetirá una vez más una frase que ha sido utilizada para múltiples campañas: Indetectable = Intransmisible. Lo que quiere decir que el acceso temprano al TAR y el apoyo para continuar el tratamiento son, por tanto, cruciales no solo para mejorar la salud de las personas con VIH, sino para prevenir la transmisión del virus y permitir un disfrute sexual y un alto nivel de calidad vida. 

Hay algunos factores que pueden condicionar la transmisión del VIH: 

Los factores determinantes se toman en cuenta basados en la formas de transmisión más frecuentes arrojados por vigilancia epidemiológica, por tanto: 

• La forma sexual suele ser la más presente; tener relaciones sexuales sin preservativo (anal y vaginal) continua siendo una de las principales causas. 
• Tener alguna infección de transmisión sexual cómo: Sífilis, candidiasis, vaginitis bacteriana, puesto que pueden favorecer la entrada de otro agente causal como el VIH. 
• Chemsex: Uso de drogas durante el acto sexual, el cual puede condicionar el uso del preservativo; así como compartir ciertos materiales para su consumo, como jeringuillas o tubos para esnifar. 
• Transfusión de sangre, trasplante de órganos y transmisión vertical, son menos probables, sin embargo en países con deficientes sistemas sanitarios existe el riesgo de la existencia de casos.

En este sentido, la prevención sigue siendo un bastión importante en el control de la epidemia; iniciativas cómo «95/95/95» de ONUSIDA plantea conocer para el año 2030 el seroestatus del 95 % de las personas que viven con VIH sin saberlo, que un 95 % pueda acceder al tratamiento antirretroviral y el 95% de estas personas llegue a una carga viral indetectable, indispensable para frenar epidemia. 

De tal manera que siempre que podamos debemos realizar las siguientes estrategias en la prevención de la infección: 

1. Uso del preservativo en las relaciones anales y vaginales, 
2. Promoción y educación sobre el VIH y principales infecciones de transmisión sexual, basadas en la identidad de género y orientación sexual, ya que las prácticas pueden variar y por tanto los riesgos, 
3. Control prenatal, realizando un cribado en personas gestantes para evitar la transmisión vertical, sobre todo en las provenientes de países con difícil acceso a la salud,
4. Reducción de daños en personas usuarias del chemsex y drogas inyectables, 
5. Asesoramiento y uso de la profilaxis pre-exposición y 
6. Adherencia al tratamiento antirretroviral.

H. Oswaldo Vegas Aru

oswaldovegasaru@gmail.com