Para entonces el partido COPEI se caracterizaba por tener una aguerrida juventud que tuvo mucho que ver con el crecimiento de la organización, gracias a la dedicación de la formación ideológica, impartida desde centros especializados como la Universidad de los Trabajadores de América Latina (UTAL), el Instituto Nacional de Estudios Sindicales (INES), el Instituto para la Promoción del Hombre (Prohombre), el Instituto de Formación de la Democracia Cristiana (IFEDEC); todos ellos estrechamente ligados a la Secretaría de Formación y Doctrina del partido.

Mientras que AD se vio obligada a voltear la mirada hacia la formación de otra generación que sucediera a la “vieja guardia”, desde el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES).

Por su parte, en la izquierda se percibía este segmento de la población -tal vez por los riesgos de la época- un poco diezmada en el partido comunista (PCV); siempre eran los mismos rostros con los mismos resultados electorales, abrazados a la lucha armada, amén de algunos que sobresalieron desde los pasillos de la UCV, donde alborotaban los ánimos, pero que al final derivaron en el Movimiento al Socialismo (MAS); así también fue en el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP); y otras células ultrosas de la izquierda, que escogieron el camino de las armas; pero, siempre fueron minoría. Hasta la llegada del Partido Socialista de Venezuela (Psuv), que le dio un vuelco importante a la perola, con una visión militarista.

Tal vez la suerte o la casualidad jugaron papel importante para que brotara un pléyade de jóvenes, que, sin los galardones ideológicos; sin cordel suficiente en el activismo, sin trayectoria trascendente; de la “noche a la mañana” comenzáramos a ver gente joven al frente de organizaciones que más adelante tendrían injerencia en la política gruesa del país; como Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Voluntad Popular, Convergencia, La Causa R; y otros de menor tinglado y más recientes como Unión y Progreso, Encuentro Ciudadano, Avanzada Progresista, Concertación Ciudadana, Vente Venezuela; entre otros.

Fueron los tiempos de Coordinadora Democrática, Mesa de la Unidad Democrática, Plataforma Unitaria, Polo Patriótico; donde convergieron agrupaciones políticas representadas por esa generación que tuvo la gran oportunidad de conducir la política desde el comienzo del nuevo milenio.

Pero, la suerte de Venezuela, hasta ahora no ha podido cantar vítores o regocijarse en los caminos de la victoria. Al parecer la nueva generación no supo aglutinar las enseñanzas de esos organismos formadores de líderes; o sencillamente tomaron el camino crematístico que brindan las mieles del poder en la política. Se empalagaron de tal forma y manera que obviaron la doctrina por el camino del confort.

Nombres abundan, pero, en aras del espacio, es preferible dejar al lector el esfuerzo de ubicarlos en las cuartillas de la historia, que no tardará en juzgar.

Rafael González

rafagonrg@gmail.com