Hoy día, en el pórtico de unas supuestas elecciones para 2024, que abren un sinfín de conjeturas sobre su realización o no, incluso se habla de Mega elecciones adelantadas; con las mismas circunstancias adversas, tal vez peores; casi que con los mismos actores, y los mismos intereses. Sería nefasto pensar en mantener las mismas tácticas y estrategias de ese pasado reciente. Necesario es cambiar a razón de nuestras raíces y tradiciones.

Por supuesto, para adentrarnos en el cambio que casi el 80% del país, quiere, incluyendo a los chavistas moderados; lo primero por hacer, es ganar. Ganar bien.

No se podrá ganar con la pírrica ventaja porcentual a quienes están en la acera de en frente, lo verían dudoso, habrían consecuencias insospechables; por lo tanto se requiere sobre pasar la ventaja de manera que no quede dudas del triunfo electoral. Que el enfrentamiento sea en el otro patio no en el nuestro.

Igualmente, para cobrar se necesita un buen cobrador; tal vez con paciencia para saber esperar, contenerse hasta donde se pueda; pero, determinante y corajudo para hacer efectiva la factura. Para ello es fundamental un liderazgo de rango nacional, capaz de asumir, junto con el pueblo ávido de triunfo, para permanecer de pie todos los días con las noches que sean necesarios, frente a la taquilla, para recibir lo suyo.

No menos intrincado será gobernar. Quienes entregarán el gobierno no son unos angelitos; saben que están apertrechados en las instituciones del Estado, tejieron una red de poder durante dos décadas, con recovecos difíciles de desmantelar. Pero, la fortaleza de un pueblo unido, cansado del engaño, y esperanzado en el cambio que anhelamos; junto con el nuevo liderazgo que habrá de emerger, nos dará la fuerza necesaria para seguir adelante.

Ya estamos en Miraflores. No se puede llegar al poder mirándose las caras o preguntándose, qué hacemos. Llegará la hora en que hay que dar los nuevos anuncios para el nuevo gobierno. El pueblo debe conocer de inmediato, además del nombre del nuevo presidente y vicepresidente, los nombres del nuevo tren ejecutivo; por supuesto con hombres y mujeres con excelente perfil profesional, cuya credibilidad permita robustecer la esperanza y avivar los ánimos.

Con seguridad estos anuncios están emparentados con las ofertas electorales consensuadas, elaboradas anteriormente en unidad y difundidas desde una plataforma multidisciplinaria; donde todo aquel que aportó su granito de arena, con esfuerzo, se dé por enterado que fue escuchado.

No podemos caer en el secuestro del poder por parte de unos pocos, como en el 2015. Nada de G4, ni G5, ni cosa que se le parezca; ahora somos Todos. Tampoco podemos correr el riesgo de tropezar de nuevo con la misma piedra; si no estamos preparados para ganar, cobrar y gobernar; lo mejor es apartarse. Llegó el momento.

Rafael González

rafagonrg@gmail.com