Sin ánimo de despertar el triunfalismo, mucho menos promoverlo, esta experiencia nos lleva a pensar que el voto parece estar cautivo, seguro; no necesita extremado esfuerzo para conquistarlo. El mensaje y el comportamiento de María Corina se encargaron de eso.

Lo que si pudiera tener un poco, bastante de atención, es la Defensa del Voto; lo cual se traduce en el trabajo eficiente que debemos realizar en las Mesas Electorales, que pasa por: estar pendiente de la selección que hace el Consejo Nacional Electoral de los miembros de mesa, localizarlos y contactarlos, motivarlos a recibir el curso de entrenamiento por parte del CNE, capacitarlos nosotros mismos con estrategias y tácticas propias, apoyarlos en el traslado para instalar las mesas, extremar el apoyo durante el proceso (apoyo logístico); y por supuesto, llevarlos a su residencia a la hora que sea. Aunque lo más seguro es que quieran quedarse en las calles para celebrar el triunfo.

Haciendo un pequeño ejercicio mental, y basándome en el descalabro que ha sufrido el partido del régimen con su militancia; lo más seguro es que la gran mayoría de los venezolanos seleccionados por el CNE para trabajar en este proceso electoral del 28 de julio, ya no tengan la misma simpatía o militancia de hace uno o dos años. Es allí donde los “Comanditos con María Corina” deben concentrar su mayor esfuerzo. Estar pendiente de ese listado, trabajarlo de “atrás pa’lante” y contactar a estos ciudadanos adjudicados en los Centros de Votación. No es lo mismo tener afectos trabajando en las mesas que quedar huérfano en esa relación de fuerza. No por buscar ventajismo, pero si por protección del voto.

Otro elemento que no podemos perder de vista es la UNIDAD. Sin ella es más cuesta arriba el triunfo; porque la gente en la calle nos observa muy de cerca, observa cuando el apoyo no es sincero; y tiene la habilidad de conocer cuando los intereses personales se anteponen al interés nacional. La gente no es pendeja.

Salir juntos a la calle, todos con el mismo entusiasmo unitario, el mismo discurso de la candidata, y la tolerancia por delante; son poderosas herramientas que servirán para proyectar nuevos liderazgos.

Después del gran triunfo nacional, con una nueva presidente de la república y arropados con el manto de la esperanza, será cuando se pueda dar riendas sueltas a las aspiraciones particulares. Es válido, pero, antes, no.

Rafael González

rafagonrg@gmail.com