Se dice que en la Edad Media, los padrastros y madrastras eran llamados así ya que el sufijo "astro" proviene de la raíz latina "astrum" que significa "estrella" y este último término se le daba connotación al rol de padres sustitutos para iluminarles el camino y guiar a los chicos hacia un futuro mejor. ¡Qué bonito significado!

Pero como muchas cosas en la vida, la percepción de los padrastros y madrastras se ha empañado por las malas acciones y la falta de valores que envuelven la sociedad, trayendo como consecuencia rechazo, temor e incertidumbre a esas parejas con hijos que quieren reiniciar su vida otra vez.

Pero como siempre digo: ¡No todo está perdido!. Y no se puede meter a todos y todas en un mismo saco, todavía quedan personas con buenas intenciones que pueden ser fuentes de amor y apoyo para nuestros hijos y que quizás se esfuerzan más y mejor que los verdaderos padres biológicos. Simplemente es cuestión de analizar y conocer a profundidad a la persona antes de llevarla a hacer vida familiar, recuerda bien que somos ejemplo para nuestros hijos y debemos hacer las cosas bien y sin límite de error.

"No es una vergüenza que un hombre se enamore de una mujer que ya tiene hijos y cuide ella... vergüenza es ser el padre biológico y fingir que sus hijos nunca existieron".

Lic. Mary Gil, CNP 20.589

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