Otras distracciones, como la convocatoria del Referéndum Consultivo para recuperar el Esequibo, las enfriaron porque los resultados no cuadraron. Ya se perdió el entusiasmo de muchos que pensaron que podrían tener una parcela en un territorio que hace rato está ocupado por otros. Fracasaron.

Ahora hacen uso de las amenazas contra el pueblo venezolano con el tema de las elecciones presidenciales, las cuales están incluidas en el texto constitucional para realizarse en el segundo semestre del año 2024; que, si les da la gana las pueden convocar con carácter general, es decir, para elegir presidente, gobernadores y alcaldes. Lo pueden hacer, y creo, lo harán.

La manipulación de distracción y desmotivación también alcanza para la presentación del Cronograma Electoral, por parte del Consejo Nacional Electoral; del cual no hay dudas dejó de ser un Poder autónomo para colgarse del Ejecutivo Nacional.

Similar estrategia utiliza el régimen para liberar la candidatura de María Corina Machado, quien viene demostrando, con firmeza, su disposición de no abandonar la ruta electoral y seguir “hasta el final”.

El vil historial que han demostrado quienes llegaron al poder arropados por una estela de incertidumbre y dudas, nos da pie para pensar que están dando largas al asunto; tanto al cronograma, a la convocatoria para las elecciones como a la habilitación de la candidata de la oposición. Buscan tiempo para desanimar al electorado, mientras siguen sembrando el miedo con la conformación de un banco de presos políticos para luego negociar.

Mientras, en la oposición, se percibe el fenómeno de la opacidad; no están todos los que son ni son todos los que están. A juicio de quien escribe hace falta, es inminente en este momento, recuperar el estado de ánimo que pudimos observar el 22 de octubre del año pasado, devolverle el brillo de alegría en los ojos a los venezolanos que creemos en un cambio real y verdadero.

De allí, la propuesta al Comando 600k de María Corina, a la Legión del Voluntariado, a todos los partidos políticos; con trascendencia internacional, para organizar y llevar a cabo un magno evento de masas en la capital de la República, con doble propósito: subir la adrenalina al electorado y demostrarle al régimen quién es quién. La fecha, el sitio y la hora queda a potestad de quienes llevan la conducción de esta alta responsabilidad que les ha asignado la historia. Pero, para luego es tarde.

Rafael González

rafagonrg@gmail.com