Sería un osado al pretender colocar en esta narrativa la niñez o la infancia de quien pudo alcanzar tan altos cargos en la administración pública, sabiéndose ganar el aprecio y el respeto, no solamente de la militancia socialcristiana en el estado Miranda, sino también de quienes no compartían su ideología, en buena parte del territorio nacional por sus inigualables cualidades como organizador y estratega político. 

Pero, me atrevo referir las andanzas políticas de un joven que demostró coraje, entrega y pasión por una causa que llevó a su partido Copei, junto con otras figuras de relevancia nacional y regional, a ocupar el poder en su mayor expresión. Es difícil, casi imposible, separar a Enrique Mendoza de los triunfos de su partido; bien sea desde la llegada del Dr. Rafael Caldera a Miraflores, cuando daba sus primeros pasos en la carrera política como líder estudiantil en el Colegio La Salle, auspiciado en su seno familiar, al lado de sus padres José Eduardo Mendoza, conocido narrador del hipismo venezolano, y Doña Clara D’Ascoli de Mendoza, incansable luchadora social. Así como también se lo reconoce como un artífice del triunfo del Dr. Luis Herrera Campins, desde las trincheras de la Juventud Revolucionaria Copeyana (JRC), especialmente en el estado Miranda. 

El liderazgo juvenil de Mendoza se afianza cuando es llamado por el entonces presidente del Congreso Nacional de la República, Dr. José Antonio Pérez Díaz, para ocupar la posición de Asistente General, desde donde desarrolló una política de acción social que lo catapultó al trabajo político a nivel nacional; pero que también le costó la interrupción de sus estudios de Derecho en la Universidad Central de Venezuela cuando cursaba el cuarto año de la carrera. 

A partir de entonces, a muchos jóvenes de la época nos tocó compartir con el líder emergente que logró aglutinar el emblemático equipo de la JRC de Copei Miranda, donde destacaron, Aníbal “Tito” Cardozo, Humberto “Beto” Perdomo, Hernán Rengifo, Ciro Piñero, José Freites, José Sánchez, Cándido Rodríguez, Luis Fernando Pérez Colombo, Marcos “maraco” Alvarenga, América Rivera, Dulce Zuloaga, entre otros. 

La participación de este grupo, con el apoyo de los equipos, para entonces distritales, era sinónimo de conocer sobre la organización de Eventos Especiales, desde un Pleno Zonal, marchas estudiantiles, elecciones en los centros de estudios, Pabellón Verde, Cursos de doctrina, jornadas de reflexión; pasando por las Convenciones regionales y municipales del partido y de los organismos funcionales, que generalmente tenían como sede la casa del Partido de Petare, en el cine Radio City, en Los Teques; o en Los Valles del Tuy.

Con encuentros y desencuentros, todo esto pasaba por el estado de ánimo inquieto de Mendoza, quien iba impregnando un legado en aquella pléyade de jóvenes, que más tarde se convirtieron en los líderes del partido en cada una de sus regiones, Llegando a ocupar importantes cargos de elección popular. Siempre bajo la mirada inquietante del liderazgo adulto, integrantes del Comité Regional Miranda, que no escatimó esfuerzos para brindar el apoyo a la nueva generación que se levantaba; también con sus encuentros y desencuentros, propios del furor del escarceo político.

De allí la mezcla de sentimientos de dolor y cariño en las exequias de quien fuera y seguirá siendo el “Líder”, quien puso a la dirigencia nacional de todos los partidos políticos a relacionarse muy de cerca con la gente, aun cuando se haya puesto la gorra para atrás. 

Descansa en Paz Enrique 

Rafael González

rafagonrg@gmail.com