Desde la frontera entre Panamá y Costa Rica, o bien desde la de Guatemala con México miles, cantidades de migrantes avanzan hacia su camino a Estados Unidos. En sus corazones impera la incertidumbre. Tantos de ellos cruzan Río Bravo, ubicado en la parte sur de Estados Unidos y en el norte de México, para entregarse a la patrulla fronteriza con el fervoroso anhelo de lograr el asilo humanitario... Temerosos, implorando al cielo, ante el fin de la vigencia del denominado Título 42 este jueves 11 de mayo. Una norma que en instancias de la pandemia, permitía a las autoridades fronterizas, deportar de forma inmediata a los migrantes, esgrimiendo medidas de índole sanitaria. La misma que, ha sido sustituida por el Título 8, que restringe la solicitud de asilo. Es tanto el drama que hasta las autoridades fronterizas, realizaron simulacros, previo a la implementación de dicha medida. Como una forma de medir la capacidad que tendrían de cerrar el acceso, en caso que se presentara una emergencia. Es decir, un intento de cruce masivo terrestre de migrantes.

Las historias escalofriantes, de pánico e injusticias en diversos aspectos de la geografía americana, las hemos conocido a través de testimonios como por ejemplo, lo inconcebible de la travesía del Darién. Tan solo el hecho de perder a la esposa, un hombre al cruzar Río Bravo, al no haber podido retenerla!. O algunas otras familias que han llegado a su destino pero, sin la presencia de algún infante que haya perdido la vida en medio de la barbarie de aquellas rutas. ¡Qué tragedia! Se dice tan fácil. Pero, hay que ver lo que significa una severa crisis para una nación que ha llevado a más de 7.000.000 de súbditos a migrar. Dice la palabra de Dios en Job 14:1 "El hombre nacido de mujer, es de vida corta y está harto de agitación".

Y es que, existe una pérdida del poder de compra de la moneda norteamericana que alcanza el -82,88% en sólo 5 años. Se dice que, entre 2019 y marzo de 2023, el valor del billete estadounidense ha experimentado un retroceso motivado a una macro sobrevaluación cambiaría, según lo indicado por la Encuestadora Datanálisis. La emisión de bolívares en exceso, en un ritmo disminuido en el tipo de cambio, experimentado en 2022, con mayor intensidad en las intervenciones cambiarias emanadas del Banco Central de Venezuela. Por cierto, la inflación en nuestro país el mes pasado se desaceleró a 2,5 mientras que la anualizada ha sido de 471%.

El país, su gente. El devenir de la sociedad. La avivada esperanza en cuanto a toda esa retahíla de reportes noticiosos, tocante a Chevron y su licencia para producir en Venezuela, con unos 160.000 barriles diarios, y el anuncio de llegar a producir 200.000 de aquellos en 2024, como parte de un levantamiento parcial de sanciones impuestas por Washington. El hecho de que ayer por ejemplo, la élite gubernamental se reunió con empresarios y autoridades francesas para trabajar en acuerdos de inversiones. Así como lo ha hecho con representantes de países árabes, Rusia, China, etc. Fomentan la ilusión de una economía más holgada para el segundo semestre del presente año. Las negociaciones, promovidas en Bogotá en medio de la Conferencia Internacional que insta al gobierno de Biden, al cese total de sanciones a nuestro país. El entendimiento entre el empresariado y el oficialismo, más allá de diferencias ideológicas, a fin de potenciar la economía. Muchos sueñan con estos cambios. Un vislumbre de una renovada Venezuela. Con un producto interno bruto mayor. Incremento en sus exportaciones. Y que acá la administración de Nicolás Maduro logre lo prometido en cuanto a un salario digno para la masa trabajadora. Calidad de vida para la población. ¡Tantos que sueñan con volver a su entrañable terruño y juntarse con los suyos!. ¿Estamos en la tierra de lo posible? Amanecerá y veremos. Protejamos los derechos de niños, niñas y adolescentes.

Alberto Hidalgo

Albert.5@outlook.com