Retrasos hasta de una hora sin ningún anuncio oficial por perifoneo o posterior en redes, telarañas, sucio y desgaste es la única referencia de las estructuras y pisos. Las pocas escaleras mecánicas que aún funcionan lo hacen con horarios sumamente reducidos y durante días o periodos que nadie conoce.

Sumado a la ausencia total de medios de prevención de incendios los cuales deberían ser obligatorios en estructuras de esta envergadura y con el flujo de gente que circula a diario; los ascensores para discapacitados solo son un vago recuerdo cuya función solo queda los desgastados viniles rotulados, los andenes preferenciales para el ingreso en hora pico solo son aprovechados por vendedores y allegados.

Dichos vendedores que cada vez son más prolíficos ante la mirada cómplice y -según ellos mismos alegan- el respectivo pago de vacuna para poder "trabajar", y pese a que personalmente no hay nada en contra de estos exponentes de la economía informal está de más recordar que es contra las reglas y que en su mayoría solo empeoran las condiciones de un viaje de por sí bastante incómodo.

En medio de este caldo de cultivo de mal servicio y deterioro se comenzó el anuncio -hace pocos días- de un nuevo aumento del 100% en la tarifa que se suma al más de 200% aplicado anteriormente en menos de 4 meses, el mismo entrará en vigencia el próximo 2 de enero del 2023.

El mencionado aumento en esta oportunidad bien aplicará para sistemas de Metro y Metrobus, instituciones que si bien han recibido aumentos previos igualmente, todo el que ha ingresado puede constatar mejoras estructurales y hasta de servicio, lo que lleva a cuestionar por qué en el sistema IFE la realidad es tan notablemente distinta.

Usuarios han presentado su notable molestia e indignación puesto que a pesar de que el monto es inferior al sistema superficial, éste pertenece al Estado y se debería sostener con los ingresos de la renta nacional, y sobre todo les genera descontento el contraste, dado que el servicio y las instalaciones sigue empeorando aún cuando estos aumentos ya tienen tiempo de aplicación.

Usuarios hacen un llamado a las autoridades a prestar atención a las condición y comenzar a invertir los ingresos extra, generados por los diferentes aumentos en mejoras para la estructura y funcionamiento de este vital sistema de transporte, y que de la misma manera en que se supervisa el ingreso con su respectivo pago y las personas que, ante los constantes retrasos optan por sentarse en pisos y escaleras, también hagan cumplir las demás normativas inherentes a vendedores, zonas preferenciales y control de acceso a trenes al momento de embarque y desembarque.

Daniel Fernández

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