Viajar en el Metro, era señal de seguridad, higiene, convivencia. Cada 3 minutos pasaba un tren y cada 5 o 6 minutos se recorrían 3 estaciones. Las personas entraban civilizadamente, recuerdo algunas frases como: "Dejar salir, es entrar más rápido. Ceda el puesto a quien lo necesite. En las escaleras eléctricas colóquese hacia la derecha y dejé pasar a los demás. No permita que los niños se suban al pasamanos de las escaleras eléctricas. Debe permanecer de pies en todas las áreas de las instalaciones y trenes, No se permite ingerir alimentos dentro de las instalaciones o trenes" y algunas otras más que ahora no vienen a mi memoria, pero que hacían del sistema un "The Matrix".

La inauguración tan esperada de las líneas 2, 3 y 4 le dieron un gran respiro a los habitantes de esas zonas y alivio a la línea 1.

Hoy, a casi 40 años de su fundación, conviven en el sistema la anarquía, la desidia, la inseguridad. La falta de valores escasea por completo entre los usuarios y que decir de los operadores que en su momento fueron el orgullo del sistema, de allí la frase "párese con orgullo", vestidos de pantalón azul oscuro, camisa azul cielo, una corbata que indicaba la jerarquía y un hermoso pisa corbata con la flamante letra "M" en mayúscula y en color dorado que iniciaba la frase "Metro de Caracas"; hoy día, ni los buenos días contestan y ni preguntar cuál es la salida hacia Nuevo Circo, porque si se consigue uno ni sabe dónde está parado.

De todas las estaciones que me ha tocado recorrer en estos últimos días, la más escabrosa ha sido Parque Miranda, donde solo he visto dos operadores en la caseta que está hacia la salida del parque Miranda (antes del Este), porque en la salida con dirección a Parque Cristal, no hay operadores, luz y mucho menos vigilancia, solo un baño público gigante en el pasillo y que decir si llueve fuerte, inmediatamente cierran la estación porque adentro también entra el agua.

Estoy clara que el mismo tiene una falta de mantenimiento terrible, pero también nosotros hemos contribuido a esa desidia, porque lejos de convertirnos en vigilantes del buen funcionamiento, hemos contribuido a las desmejoras del mismo, porque torniquete dañado, torniquete por donde pasamos para no pagar (y me incluyo por ser tercera edad).

Nada funciona sin mantenimiento y si el gobierno ha sido negligente, nosotros hemos sido indiferentes y eso nos ha llevado a tener un pésimo servicio, que lejos de mejorar nuestra calidad de vida, la empeora.

De nosotros depende conservar las instalaciones donde se están haciendo o se han hecho refracciones, los trenes y los nuevos carros que van a reincorporarse al sistema muy pronto.

Recuerde que los gobernantes viajan en sus propios vehículos y el pueblo en el transporte público, así que de nosotros depende el mantenimiento de las instalaciones y trenes.

Para no seguir con más cháchara, les comento que dentro de los trenes, los robos de celulares y carteras está a la orden del día, así que esas pertenencias bien aseguradas y finalmente le recuerdo: Seamos buenos ciudadanos y cuidemos de lo que tanto nos servimos, porque "cuidar es querer".

Rosalinda González

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