El principal instrumento del que nos valemos para estas técnicas es el imán, aprovechando el campo magnético que éste genera, y las propiedades atribuidas a sus respectivas polaridades, Polo Norte (-) y Polo Sur (+). Por lo que para evitar equivocaciones y efectos indeseables en los organismos vivos, empleamos el color NEGRO para identificar el Polo Negativo y el ROJO para el Positivo.

El Polo Negativo es “YIN”, enfría, calma, relaja. Inhibe los procesos infecciosos o inflamatorios. Produce un efecto alcalinizante ya que contribuye con la oxigenación celular e induce al sueño.

El Polo Positivo es “YANG”, calienta, activa y energiza. Dinamiza los procesos biológicos, produce un efecto ácido, disminuye el oxígeno de los tejidos y acelera la regeneración de los tejidos óseos.

La técnica más importante, sin duda es la del Par Biomagnético, desarrollada y codificada por el médico mexicano, Dr. Isaac Goiz Duran en la década de los 80´s y que ha derivado en los llamados Biomagnetismo Médico y Biomagnetismo Holístico.

Esta hermosa técnica presenta una altísima efectividad y sin ningún tipo de efectos secundarios. Se orienta a la localización de un punto o área energéticamente alterada en su pH y uno o varios resonantes en polaridad contraria en el cuerpo, impactándolas con los campos magnéticos e impidiendo el desarrollo de microorganismos patógenos, y/o disfunciones o alteraciones que den como resultado un padecimiento.

Uno de los aspectos más peculiares de este procedimiento es el empleo de la Kinesiología, que permite mediante la interpretación de respuestas corporales inteligentes, determinar las áreas del cuerpo donde se encuentra el desequilibrio para luego colocar allí los imanes terapéuticos.

Rafael En Bio

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