Ninguno de los niños que llegaron a la convocatoria (27 en total) tenía experiencia en teatro, por lo cual desde el mes de enero de ese año iniciaron con los ensayos y a la par a producir todo lo que significaba la obra: vestuario, escenografía, utensilios a usar, etc.

Lo demás es historia, lo que se pensaba sería solo para esa ocasión terminó conformándose como una asociación civil cultural sin fines de lucro denominada Grupo Teatral Comunitario Yariokuné de Charallave (Yariokuné significa “mi tierra es lo primero” en idioma Pemón) avanzando por cada uno de los niveles de agrupación teatral, comenzando sin ninguna experiencia hasta iniciar los días lunes una escuela de formación teatral integral en la sede del Club El Milagro, que se convertiría de allí en adelante en la sede accidental de la agrupación gracias a la gentileza de Milagros de Sánchez, propietaria del mismo, quien sin pedir nada a cambio nos cedió sus espacios para los ensayos semanales, la escuela de teatro y los estrenos de cada uno de nuestros montajes, convirtiéndose así en una especie de madrina de la agrupación.

También en esos primeros años de la agrupación, los cuales fueron muy difíciles dada la falta de cultura teatral que poseían los vecinos de la comunidad en ese entonces, muchos de ellos veían como pérdida de tiempo que sus niños participaran con nosotros, amén de que muchos ni siquiera colaboraban con la agrupación y no asistían a nuestros estrenos. En esos primeros momentos fue fundamental aparte del apoyo de la señora Milagros de Sánchez, el apoyo incuestionable de la señora Margarita Chiquin (+) quien nos suministraba los elementos eléctricos como faros, filamentos, cables, etc. para la iluminación. La señora María Chiquin quien sin cobrarnos nunca nada, de manera amable nos contribuía con su máquina de coser y su trabajo para diseñarnos nuestros vestuarios, y algunos de nuestros representantes que terminaron convirtiéndose en pieza de apoyo fundamental para nosotros como Reina de Sierra, Pedro Sierra, Marianela Ramos, Indira Ochoa y Rosita Vegas (+) entre muchos otros.

Después de las Apariciones de Coromoto siguieron en cascada e indetenible muchos montajes, entre ellos: Los Sordos, La Torta que puso Adán, Crónicas de Muertos en Familia, la Cenicienta de la Ira, Ángeles y Arcángeles, Mesías, El Niño de la Promesa, Jesucristo Superestrella, el Fantasma de la Ópera, Las Personas Naturales o al que no le ha pasado nunca que Levante la Mano, La pasión Según San Cocho, La Novela Musical, el Cristo de las Violetas, El Vals Caraqueño, Tarzán de Aquiles Nazoa, Fama, Las Bisagras o La Hermosa Historia de Amor entre Yubraska y Yonker, Macedonio Perdido entre los Ángeles, entre muchas otras, que nos llevaron a recorrer decenas de lugares de la geografía del país presentándonos en iglesias, terrenos baldíos, escenarios, escuelas, teatros, calles, plataformas de camiones, plazas Bolívar y hasta en hogares particulares, haciendo lo que nos gustaba y para lo cual nos formamos durante 20 años consecutivos: teatro y del bueno.

El tiempo nos dio la razón y la comunidad nos aprendió a respetar y querer, nuestros estrenos eran a casa llena en el Club El Milagro y los vecinos colaboraban asistiendo a nuestros encuentros pro fondos, comprando nuestras rifas, galletas y ponquecitos, a veces pasábamos todo un día o una noche horneando y empaquetando para salir a vender… así nos ayudaban y mucho. Realizábamos volantes para promocionar nuestros montajes y íbamos de casa en casa dejándolos hasta por debajo de las puertas, se realizaban afiches para promocionar los estrenos y nos íbamos de noche a pegarlos con nuestros envases de engrudo y nuestras brochas, todo con la intención de que nadie, absolutamente nadie se quedara sin saber que nos íbamos a presentar en nuestra comunidad. En muchas ocasiones asistíamos a entrevistas radiales para darle promoción a nuestros estrenos. También la Dirección de Cultura de la Gobernación de Miranda en los dos periodos del Gobernador Henrique Capriles nos otorgaba trimestralmente una orden de cambio para una famosa cadena de telas, así teníamos esa materia prima para diseñar nuestro vestuario. En varias ocasiones realizamos tómbolas pro fondos y domingos familiares donde ofrecíamos comida y juegos infantiles todo con la finalidad de juntar dinero para ayudar a nuestra agrupación.

Lamentablemente la Gobernación de Miranda nos quitó nuestro presupuesto asignado para compra de telas al tomar posesión la administración de Héctor Rodríguez, lo que nos afectó profundamente a nivel presupuestario, motivado a que nuestros chamos en su mayoría eran de familias vulnerables que no podían costearse el gasto de vestuario y logística. Inmediatamente después la situación del país cambió para peor, nos mantuvimos batallando para continuar a flote, pero lamentablemente en el 2018 después de 18 años ininterrumpidos de actividad cultural en nuestra comunidad, nos vimos en la trágica necesidad de poner en receso a la agrupación, terminando así con toda una generación de formación cultural en la comunidad de La Chivera y extinguiendo el único grupo de teatro originario de una comunidad rural existente en Charallave.

Ojalá algún día podamos nuevamente regresar a las tablas para seguir haciendo lo que nos gusta y apasiona: actuar.

Dios nos guarde a todos y nos cuide.

Miguel Palacios

shjmiguelacios78@hotmail.com

Director y Fundador del Grupo Teatral Comunitario Yariokuné de Charallave