Esta fase de reparación tardará dependiendo de la duración e intensidad que haya tenido la fase del conflicto activo. Es decir el periodo en el que viviste el stress.

Si presentas dermatitis, observa que tu piel responde a la orden que le ha dado el cerebro de fortalecerse ante una situación relacionada con una separación, vivida con ira y rabia, en los contactos cercanos, quizás también con sentido de protección ante un contacto indeseado o percibido como "sucio" o indeseado. Fundamentalmente en términos de espacio (lugar).

Para comenzar a solucionar este problema, debemos entender que la piel es nuestra frontera, por donde contactamos con nuestro entorno. También debemos observar la parte del cuerpo donde aparece, ya que nos hablará del tipo de contacto que nos genera conflicto.

Al presentarse la dermatitis, realiza un alto y tranquilamente pregúntate: ¿Qué pasó poco antes de que apareciera? ¿En qué o quién estabas pensando? ¿Con quién tuve contacto o me tocó? ¿Quién ya no está? ¿Quién me duele o molesta tener o no tener cerca?

No solo vamos a fijarnos en el simbolismo de la zona donde se presenta el síntoma sino también recordar si alguien nos tocaba o acariciaba esa zona, o caso contrario, fuimos agredidos allí en alguna etapa de nuestra vida.

Si logras hacer consciente la vivencia conflictiva que dio origen a este Programa Biológico de Supervivencia, la revives, resientes y cambias la percepción frente a ella, de inmediato inicias el tránsito hacia su desaparición.

Rafael EN BIO

rafael.biomagnetismo@gmail.com