Está inseguridad no permitirá que ofrezcas tus productos o impulses tu proyecto ya que pensarás: “¿para qué?, si igual no lo van a querer comprar o seguro no les va a gustar”. Posiblemente te dará terror mostrar tus servicios en redes sociales o no te atreverías a exponer los artículos que vendes por el miedo al “que dirán”.

Si alguna persona halaga tu trabajo ¿te sonrojas, avergüenzas y le respondes, no es para tanto? Seguramente tienes que ponerte una máscara para protegerte del mundo ya que lo percibes como peligroso. Es momento de hacer consciente que los fracasos económicos son una proyección de tus conflictos emocionales. Pero así como se presenta oscuridad también puedes brillar sanando y dándole luz a esas tinieblas internas.

Debes tener claro que al no sanar tus heridas emocionales, terminarás perdiendo dinero o llegarás a regalar tu trabajo. ¿Se te hace difícil ponerle el precio justo a tus servicios o productos? Pues debes tener claro que si tú no valoras lo que haces, vibrarás y atraerás a personas que tampoco te valorarán. Verás que vendrán a ti personas que no pagan, no tomarán en serio tus aportes o consejos, cancelarán las citas o simplemente no se presentarán, o tendrás clientes que nunca terminarán de concretar una compra.

Al no cobrar adecuadamente por tu trabajo, además de afectar tu economía, estarás potenciando la destrucción de tu autoestima, al punto que te dirás a ti mismo(a) “no sirvo en lo que hago”. Por lo que quizás dejes de publicitar u ofrecer tus servicios, ya que tendrás la convicción de que el dinero no fluye a pesar del esfuerzo que haces.

¿Cómo va a crecer tu proyecto si te conduces de esta manera, con un auto saboteo inconsciente? Escondiendo la cabeza o metido en una burbuja, por el temor a ser rechazado. Muéstrate, si no te ven, nadie te va a comprar o darán ese buen empleo para el que seguramente llevas años capacitándote.

Quizás en casa, siendo niño(a), el discurso constante era: “Somos pobres pero honrados”, “el dinero nunca alcanza” o “el dinero no llega a fin de mes”, junto a los rostros de miedo y preocupación de tus padres, por lo que te programaste para una vida de escasez y de preocupación por el dinero. Podrás ser un adulto encerrado en el miedo de su niño interior, lo que te puede llevar a tomar decisiones relacionadas al dinero desde la emoción del miedo.

Deja atrás excusas como “es culpa de la crisis”, “cerré por la situación país” o “está mala la situación y no hay empleo”. Realmente lo que ocurre es que no estás haciendo lo que debes para lograr el éxito, permitiendo que esas heridas emocionales gobiernen tu camino.

Finalmente te planteo que ya es momento de darse cuenta que lo que realmente te está saliendo más “caro” en la vida es NO SANAR TUS HERIDAS.

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Este artículo tiene fines informativos. No debe ser considerado como forma de diagnóstico, prescripción o tratamiento médico. Si es de su interés el tema aquí tratado debe antes consultar con el personal calificado.

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