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Salud Alternativa
Viernes,23/8/2024 En ocasiones podemos encontrarnos con personas que, especialmente bajo estado de estrés, tienden a morderse o cortarse las uñas con los dientes. Esta manía, definida como onicofagia, puede causar daños en los dedos, la dentadura y las uñas mismas, ocasionando infecciones y dándoles un aspecto desagradable a las manos, además de ser una práctica considerada socialmente repulsiva.
Ahora bien, si biodescodificamos esta práctica podremos comprender su posible origen y ayudar a dejarla atrás.
Tengamos en cuenta que todo síntoma tiene un sentido biológico y que para los seres vivos que poseemos uñas, constituyen un vestigio de las “garras”, usadas para atacar, escarbar, desgarrar o defendernos. Y al arrancárnoslas, de forma inconsciente, impedimos el poder agredir. Es decir que la persona se encuentra emocionalmente abandonada a esa autodefensa, quizás por sentirse desvalido(a) o que no puede defenderse de la vida. No se puede atacar a quién se quisiera, porque hacerlo sería “moralmente” incorrecto.
En caso de presentar onicofagia, nos encontramos con un programa biológico activado, consecuencia de conflictos de impotencia. Nerviosismo por algo a lo que se quisiera atacar, pero “no puedo o no debo”. Existe la idea inconsciente de que “no debo aferrarme, cavar, ser agresivo o marcar mi territorio”.
En estos casos también debemos buscar posibles conflictos de ira y rabia con uno de los progenitores, principalmente con el padre (real o simbólico). Si se arrancan las uñas de los pies debemos mirar la relación con la figura materna.
El programa de comerse las uñas también debe ser analizado desde la perspectiva del transgeneracional. Es decir, situaciones que haya vivido algún ancestro y que nos hereda una idea (siempre inconsciente) de “miedo a raspar la superficie y descubrir algo desagradable” o de “miedo a enterrar a alguien” o “a ser enterrado”.
Si padeces de onicofagia, es momento de hacer conciencia de ella. Observa en qué momentos se presenta, con quienes te encuentras o en qué situaciones particulares. Recuerda que las uñas son armas ancestrales que te dio tu biología para dar el “zarpazo” a eso que te saca de tus casillas y si te las comes es porque te estás desarmando porque “no tienes permiso” para hacerlo. Revisa la relación que tuviste con tus progenitores y date la oportunidad de sanar lo que corresponda. ¿Te sientes agredido(a) con facilidad?
Junto con este proceso de introspección ve dejando de comerte las uñas y el estado emocional también tenderá a normalizarse, transformando junto con ello lo que hay dentro de ti, tu autoconcepto, ganando seguridad y empoderamiento.
Si tienes interés en algún tema específico puedes escribirme por mis redes sociales @bio_rafael06 o al correo rafael.biomagnetismo@gmail.com y con gusto los iremos tratando.
Este artículo tiene fines informativos. No debe ser considerado como forma de diagnóstico, prescripción o tratamiento médico o psicológico. Si es de su interés el tema aquí tratado debe antes consultar con el personal calificado.
Rafael EN BIO
rafael.biomagnetismo@gmail.com