Lunes, 3/6/2024Desde antes de las elecciones internas del 22 de octubre se percibía el triunfo de María Corina Machado. No solamente de ese proceso, sino que también se hablaba de una victoria segura para las elecciones presidenciales; así se sembró una matriz de opinión a favor de la mujer de hierro en todo el territorio nacional.

Luego de las escaramuzas para inscribir su candidatura, que terminó en su inhabilitación política, pasó por el intento fallido de colocar una sustituta, que también fue rechazada vilmente por el régimen; hasta llegar a la candidatura oficial de Edmundo González, no sin antes probar los amargos tragos que amenazaban con la inexistencia de candidato para el proceso del 28 de julio. Gracias al esfuerzo, la comprensión y la tolerancia, tenemos candidato.

Esta percepción sigue intacta. Así lo ponen de manifiesto los sondeos de opinión de las principales encuestadoras del país. Incluso, a juicio de quien escribe, está repotenciada a su máximo exponente, según el contacto permanente con la calle y su gente.

Pero, esta formidable ventaja no debe dar pie para adosarse el triunfo "porque lo dicen las encuestas" o porque en un pueblito de apenas 100 mil electores, la gente diga "ya ganamos" ¡No señor!

Bien lo dijo la mujer que hace aparecer la luz en la oscuridad; la que brinca el charco para llegar a los rincones más apartados de Venezuela, aunque sea en canoa; la que galopa a caballo para sortear las alcabalas del régimen: "Hay que trabajar duro, en unidad, organizados y preparados para defender los votos el día D".