La actuación de un trípode político blindado, conformado por la perseverante María Corina Machado, el astuto Manuel Rosales y la monolítica posición de la Plataforma Unitaria Democrática, le dieron al país esa posibilidad de cambio, con la figura del diplomático Edmundo González Urrutia.

Con esta designación se cumple la máxima para ir a una contienda electoral: tenemos plataforma política, tenemos candidato y tenemos el mensaje. Por añadidura, y no menos importante, tendríamos que hablar de organización, tarjetas y financiamiento.

Pues, tenemos tres tarjetas: la de la manito (MUD), la de Un Nuevo Tiempo (UNT) y la del Movimiento Por Venezuela (MPV); pero, es que también tenemos la estructura organizativa de los “comanditos”, creados con antelación por la líder de la oposición. Del tercer componente es poco lo que pueda decir por ser éste un tema estratégico de orden interno.

Pero, lo cierto es que estamos listo para enfrentar a un régimen que nos ha querido soslayar durante 24 años; pero, que no ha podido, …ni podrán.

Ahora bien, es harto conocido que previo a estos escarceos políticos se han venido conformando comandos de campaña en las capitales de estado y en algunos municipios, incluyendo las parroquias; con la participación de las organizaciones y movimientos que aupaban la candidatura de la protagonista de todo este “sentimiento nacional” que nació en Venezuela; lo cual es encomiable. Pero, la realidad es que tenemos un candidato nuevo, aparecen otros actores e indefectiblemente otras organizaciones y movimientos que desean hacer su aporte para ese gran triunfo que tenemos en frente, cuando faltan apenas unos 100 días; donde se requiere mucho esfuerzo, dedicación, entrega y lealtad.

Estas incorporaciones no pueden ser traumáticas, tampoco deben generar celos o roces que puedan distorsionar el gran objetivo. Con seguridad hay dirigentes calificados al frente de estos comandos; pero, noble es reconocer que afuera hay recursos humanos valiosos, con experiencia y capacidad; y dispuestos también a remar hacia adelante con las banderas de la unidad. Necio sería descartar esta opción.

De allí que surge la necesidad de recomponer lo que ya está hecho, aplicar la reingeniería política, con la incorporación de esa legión de voluntarios, con tarjetas o sin tarjetas, que auparán al nuevo candidato: Edmundo González Urrutia, el próximo presidente de todos los venezolanos. Dios mediante.

Rafael González

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