En esta etapa cabe preguntarse: ¿Qué sentimientos te conducen a la necesidad de protegerte la cara? ¿A sentirte feo(a) o rechazado(a)?

Revive esas situaciones, dales su justa medida y racionaliza la percepción que tienes de ellas. Si sientes que sufre de mucha grasa en la cara, busca, ¿por qué te sientes así? ¿Quién te hizo creer que eres así?

Acto seguido, comencemos a dejar de sentirnos feos, elevemos la autoestima, teniendo presente que siempre va a haber alguien que le gustemos y que nos aprecie. Todos somos hermosos, por dentro y por fuera, diferentes con nuestras fortalezas y debilidades. Acuña las siguientes ideas como parte central de tu vida: "No es importante lo que otros hablen o piensen sobre mí. Yo me siento bien" / "Yo estoy perfectamente así como soy".

Adicionalmente, durante esa fase de sanación que emprendes, te recomiendo:

· Quitar los espejos en casa.

· Alimentación alcalina, privilegiando las frutas, verduras y hortalizas. Y por supuesto tomar mucha agua.

· Un adecuado cuidado e higiene de la piel, sin caer en excesos que terminan resultando contraproducentes.

· Estímulos naturales y vivificantes para la piel, como la luz (baños de sol con moderación), agua, lluvia y viento. Disfruta de lo que te ofrecen los espacios exteriores.

· Presta especial atención a los procesos de excreción de tu cuerpo. La eliminación de toxinas por heces, orina y sudor es fundamental

· Baños con Agua de Mar. Rocíala sobre la zona afectada y podrás disfrutar de sus bondades antisépticas, cicatrizantes y nutritivas para la piel.

Deja salir tu confianza y ese brillo que tienes dentro, que a la piel no le “quedará más remedio” que reflejarlo agradecidamente.

Rafael EN BIO

rafael.biomagnetismo@gmail.com