En el caso de mucha gente, todo este fenómeno logra trascender por sobre la sensibilidad e incluso ecuanimidad de muchísimas personas en cuanto a lo que tiene que ver con la nefasta guerra y el indescriptible horror de sus efectos en el ser humano y el ecosistema.

Figuro que el sentido de "humanidad" en nosotros, debiera privar por encima de nuestro libre albedrío a optar por apoyar causa política alguna. El inexcusable ejercicio de la guerra ha de ser aborrecido por nuestras voluntades venga de dónde venga. De la denominada "Derecha", "Izquierda", del país que ha tenido los gobiernos más dominantes, hostiles e invasores en el devenir de la historia universal, a saber: Los Estados Unidos de Norte América; porque en su momento toda conciencia ecuánime imparcialmente lo hubiera determinado así.

Conviene deplorar los intereses mezquinos e inmisericordes de la guerra y sus eventuales consecuencias (sobre todo en la gente inocente), sea cual fuere su origen. Fuera ésta promovida por Occidente o instigada desde el otro lado del Atlántico. ¿Aclamamos los rigores de una guerra que ha suscitado más de 3 millones de refugiados?. ¿Justificamos los desmanes en el caso de gente que perdió su preciado hogar, esto es: Miembros de su familia, su empleo y su casa?.

Es menester para todos no avalar, motivados por preferencias ideológicas, el deplorable accionar de la guerra. Nos decantemos por la derecha, la izquierda, los sistemas de gobiernos Capitalistas o bien de tendencia Comunista; apoyemos o no a Maduro, a Biden o a Putin. Insisto, debiera privar ante todo un sentido intrínseco de humanidad. Que trascienda los patrones ideológicos que signan las relaciones de los países en nuestro mundo pluripolar.

Alberto Hidalgo

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