Jueves, 16/11/2023 Recientemente tuve la dicha de celebrar los anhelados 15 años de mi única hija, si bien es cierto que uno como mamá debe buscar presupuesto para poder planificar de acuerdo al bolsillo; unas quizás planean desde hace un año, otras meses antes, pero particularmente a mí me tocó en dos semanas, sin pensarlo mucho por varias razones: aprendí que en esta vida mientras más planificas, algo pasa y las cosas no salen como quieres, o en su defecto la adolescente que tienes por hija es indecisa y rompe los esquemas tradicionales del vestido corte de princesa, corona, zapatilla, entre otros detalles típicos de la quinceañera.

Desde que ejerzo la maternidad, hace quince años exactos ¡y los que faltan!, me he dado cuenta que uno como mamá NO está preparada muchas veces para los cambios (aunque digan que son buenos) pero toca adaptarse sí porque sí a una era compleja, poco entendible y romper con ciertas tradiciones que quizás se quieren transmitir de generación en generación; pero realmente cada día se hace imposible en un mundo que está en constantes cambios.

Si bien es cierto, yo sí quería ver a mi hija con un vestido, pero esta chica quiso ser más moderna (no rebelde con causa) pensando en su comodidad: pantalón de cuerina, una blusa tipo top, no tan larga pero tampoco corta, sandalias altas y un maquillaje a juego con su vestimenta; y pues, tuve que aceptarlo porque no podía cohibirla de sus gustos y obligarla a que se colocara algo para complacerme ¡bendito error de los padres!