Otros tomaron el camino de la sindéresis, un poco tardío, pero camino al fin que los reconcilia con el sentir mayoritario de la gente en todos los rincones del país. Bienvenidos.

No faltó quién sacara a relucir su acostumbrada y pueril conducta ante los grandes retos que se le han presentado en la dinámica lucha política. Así como no hacía falta mandar a “tocar cacerolas con arrechera” en aquella oportunidad; también fue innecesario retirarse del proceso sin tomar partido alguno, dejando a la militancia como “pajarito en grama”.

Queda entredicho el perverso comportamiento de prestarse al juego del régimen para torpedear el proceso de primarias, bajo la sospecha de haber recibido canonjías a cambio de estos inútiles retiros. Las redes sociales dieron cuenta de quienes no cayeron en el ardid, lo cual habla bien de ellos.

Esta manera de hacer política descansa sobre los hombros de hombres y mujeres de una generación política que, al parecer, no han entendido la responsabilidad asignada en cada uno de los estadios donde juegan. La factura del tiempo no tardará en aparecer.

Quienes no han dejado de atizar la candela de la emoción son los que avivaron el entusiasmo desde temprano para el triunfo, desde sus trincheras políticas; incluyendo al Voluntariado Independiente.

Pero, el entusiasmo se ha venido desvaneciendo. La alegría de ganar se presentó efímera; y, corre el riesgo de desplazarse por el caño de la desilusión si no se obstruye a tiempo. Tal vez hace falta mayor información de lo que acontece paredes adentro.

Quienes no pierden tiempo para seguir con el tema de la desilusión, de desmotivar el voto para el 2024, son los del régimen con sus laboratorios de motivación ficticia, como es el tema del Referéndum Consultivo para la defensa del territorio Esequibo. Otro bodrio político salpicado de un falso nacionalismo, que con seguridad les explotará antes del día de su celebración.

Pero, la tensa calma que se apodera del ahora factor mayoritario de la oposición, reflejada en el mutismo de sus dirigentes, mantiene a la población militante de la provincia en ascuas. Muchos no saben qué hacer.

En la modesta opinión de quien escribe, es necesario que la “mujer de hierro” asuma el liderazgo que le fue otorgado popularmente, y tome las riendas; cual jefa de Estado, en ciernes.

Rafael González

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