Es más, a veces tengo la cartera en la mano y no sé si voy o vengo hasta que me doy cuenta: estoy en pijama y entonces recuerdo lo que estaba buscando dentro de ella. Hasta he llegado a pensar en el Alzheimer, pero no, porque cada mañana al despertar puedo reconocer el rostro de quien ha sido mi amor durante años, así como a mi hija y hasta a la mascota.

Entonces doy gracias a Dios que no es así, pero viene el recuerdo de cuando le decía a mamá que no prestaba atención a lo que le decía y me contestaba: “Ay, mija, espere que llegue a mi edad y le echaré un cuentico”, ahora el cuento se los hago yo a ustedes. Llegué a los 50, edad interesante, e interesante fue como comencé a olvidar las cosas. Luego pasé a la tercera edad, donde ya no me interesa si olvido algo, porque realmente a la primera de cambio, no lo recuerdo, de todas maneras por prevención me realicé uno de esos test para detectar el Alzheimer, donde si contestas sí a una sola de las preguntas, ya estás listo.

Así que me dije a mí misma: “mimisma, eso no es contigo, porque no recordarás lo que tu haces, pero lo que hace tu esposo lo recuerdas perfectamente con pelos y señales” (risitas). Le di rienda suelta al investigador que llevo por dentro, comencé a buscar una explicación lógica y razonable y esto fue lo que encontré: Algunos especialistas son muy enfáticos al señalar que el síntoma de olvido de la memoria a corto plazo se puede originar por dos posibles razones, 1) Alzheimer, 2) locura, siendo muy oportuno la consulta con los primeros indicios.

Otros coinciden que no todos los casos se tratan de locura o Alzheimer, que varias pueden ser las causas, como por ejemplo debido a las pérdidas que pueden venir debido a las modificaciones en su patrón de vida: pérdida del trabajo, pareja o de antiguas actividades, lo que puede producir depresión y esto origina pérdida de la memoria, que puede confundirse con Alzheimer o algún otro tipo de demencia.

Rosalinda González

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