Para ir al meollo de la cuestión es necesario saber las condiciones en las cuales se encuentra el convocante de esta consulta, actualmente.

Nicolás Maduro está acorralado, no encuentra como zafarse del nudo que lo aprieta. En primer lugar, viene de ser derrotado el 22 de octubre en una contienda electoral; que, si bien es cierto no compitió, fue factor prominente para oponerse a que el evento se llevara a cabo. Los conocidos resultados lograron el desquiciamiento emocional que lo lleva a estos desatinos.

Luego está la espada que pende sobre su cabeza, desde la Corte Penal Internacional, cuyas acusaciones no son ningunas “conchas de ajos”; se trata, nada más y nada menos, de delitos de “Lesa Humanidad” por la violación de Derechos Humanos, los cuales no prescriben.

Así mismo, el régimen atraviesa una racha de ruina en el tesoro nacional que tiene al pueblo venezolano pasando hambre, con la calamidad de los malos servicios públicos; y, que no encuentra cómo reponer las riquezas extraviadas. Bien sea por los robos suscitados en la administración pública; o por la extracción ilegal de la minería en el país.

Para agregar más torsión al nudo, Maduro descubrió hace rato que su partido Psuv, junto con el Polo Patriótico, perdió la calle; y no se le hará fácil recuperarla.

Con estas condiciones en contra, el régimen no tiene otro camino que apelar al poco poder que le queda, a través de una masiva estrategia comunicacional que lo saque de este embrollo. Para ello inventa el Referéndum Consultivo con el tema de la recuperación del territorio Esequibo.

Poco importa cuantas preguntas le pongan a la convocatoria, es irrelevante el contenido de las mismas, porque todas persiguen el mismo fin. Importante es para Maduro, escuchar de la boca del pueblo, que fue autorizado para desconocer la jurisdicción de la Corte Penal Internacional; así como también busca la activación de la escasa maquinaria política que les queda, con miras a las elecciones del 2024.

De allí que el falso nacionalismo que pretenden exhibir, el patrioterismo que siempre esgrimen con nuestros símbolos patrios, el llamado a un falso enfrentamiento bélico con Guyana; entre otros argumentos, tienen muy pocas probabilidades de aceptación en la opinión nacional. Toda vez que ya el pueblo tiene en mente otras opciones para salir adelante. Todo es inútil.

Rafael González

rafagonrg@gmail.com