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Especial Día de las Madres
Domingo, 12/5/2024 Biológicamente hablando, podemos decir que madre es toda mujer que ha engendrado y parido a una criatura, pero también es aquella quien se encarga de criar a una bendición, de cuidarla, educarla, enseñarle valores y sobre todo darle ese amor que requiere un pequeñín para que se desarrolle con estabilidad emocional y sea un adulto de bien.
El asunto es que en Venezuela a las mamás también les llaman “mamá gallina”, y algunos se preguntarán ¿por qué? La respuesta es muy fácil ya que si es por ellas, los hijos nacen, se desarrollan y envejecen a su lado. Siempre desean tener a sus tesoritos cerca, no les importa echar más pisos, ponerle anexos a la casa o quizás dormir en el sofá para darle la cama a su hijo o hija casado, bañarse en el lavadero y cocinar para un batallón, con tal de tener a su bebé junto a ella; porque de paso serán sus eternos retoños que nunca crecen.
Las madres venezolanas no solo son “mamás gallinas”; también son mujeres trabajadoras, nobles, sentimentales, aguerridas, luchadoras, querendonas y como diría mi hermano: “cuatriboleadas”.
¿Alguna vez usted ha visto a una madre guindando a una patrulla porque le llevaron el muchacho detenido en una redada o peleando con el marido de la hija porque la trata mal?, pues yo sí y muchas veces.
Además, las mamás tienen unas frases célebres, que se han ido transmitiendo de generación en generación, como por ejemplo:
-¡Mientras usted viva bajo mi techo, se hace lo que yo diga!
-¡Me vuelves a contestar así y vas a tener que visitar al dentista, porque te voy a sacar los dientes de un pescozón!
-¡Vamooos a levantarse que ya es hora! (Y aún faltan como dos horas)
-¿Si ves a tus amigos lanzarse por un barranco, tú también lo vas a hacer?
Y la más célebre de todas, “cuento tres y llevo dos”, de allí lo que sigue es la chola voladora.
Las madres venezolanas se caracterizan por coleccionar los potes de mantequilla, guardar los sartenes en el horno de la cocina, ser las mejores chefs. También te mandan a recoger el cuarto muchas veces y al final terminan haciéndolo ellas, previo regaño. Tampoco te dejan salir de la casa sin comer y cada vez que las veas o las llames, debes pedirles la bendición.
Y aunque no todas sean iguales siempre serán reconocidas en cualquier latitud, porque como dice nuestro amigo Alejandro de @diccionariovzla, “ser una madre venezolana, no es cualquier vaina”.
Rosalinda González
rosalinda2507@gmail.com