La respuesta a esto la vemos a diario en casos como madres que por “retener” a su pareja se embarazan y que al ser igualmente abandonadas dejan a sus hijos botados en cualquier lugar, parejas mal conformadas que tienen hijos y los dejan al cuidado de abuelos u otros familiares, hijos que son percibidos como una carga u obstáculo para el desarrollo profesional o para encontrar nuevos amores, las madres que por la necesidad de trabajar dejan al niño al cuidado de otros familiares o amigos, pudiendo sumar a esto que en algunas oportunidades los padres se separan y no comparten juntos el crecimiento de los hijos, pasándose a una dinámica tóxica donde la madre asume el rol de educar, establecer límites, criar al niño de acuerdo a sus posibilidades y el padre solo a ser visto los fines de semana para ir al parque, comprar juguetes y consentir al hijo.

El ambiente del niño hasta los siete años de edad será fundamental en la constitución de sus valores, fortalezas, debilidades y personalidad. En ese periodo es donde encontraremos los más profundos daños emocionales.

Si permití que mi hijo(a) tuviera todo lo que pedía ¿Qué nivel de tolerancia tendrá luego ante la frustración? Si hasta los siete años permití que fuera caprichoso, será un adulto caprichoso. Si durante ese periodo le demostré que él o ella eran un obstáculo en mi vida, pues no ha de extrañarme que luego me odie o se mantenga buscando la aprobación o el placer que debió darle el amor materno o paterno en otras personas, sustancias o actividades compulsivas. Si lo único que le demostré fueron lamentos y lágrimas constantes, frustraciones, miedos o mal carácter, pues haremos de él o ella una persona débil y vacilante.

Y sobre este escenario quizás un día nos toquen la puerta: “Hola papá, hola mamá vengo drogado o tomado gracias a ti, porque nunca estuviste para mí, si tanto me amas demuéstramelo, abre la puerta y recíbeme, demuéstrame que me amas, que te importo, aprueba lo que hago, todos los días me gasto el dinero en juegos a ver si logro ganarme tu amor, vengo drogado o tomado igual que tú lo hiciste, soy como tú, eres el autor material de mi adicción”.

Como ven, el problema de las adicciones, es solo la punta de un gran Iceberg.

Este artículo tiene fines informativos. No debe ser considerado como forma de diagnóstico, prescripción o tratamiento médico o psicológico. Si es de su interés el tema aquí tratado debe antes consultar con el personal calificado

Rafael EN BIO

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