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Opinión
Martes, 31/10/2023 Luego de la abrumadora votación del 22 de octubre donde el pueblo se expresó para escoger la candidata a la Presidencia de la República para el 2024, a través de un voto silencioso, cívico y disciplinado; no podía esperarse menos del régimen para tratar de mantener el ánimo de su gente, que en buena proporción también se expresó.
El discurso del régimen y sus acólitos dejó atrás la negación de las elecciones primarias; así como ya no hablan del empeño pertinaz que demostraron en negar la inscripción y posterior votación en el extranjero. La realidad se les vino encima.
El impacto de los resultados ahora los ubica, aun con la misma estrategia, en la desacreditación del proceso en sí, tirando por mampuesto al codillo de los honorables integrantes de la Comisión de Primarias; cuando mucho es sabido que las exitosas elecciones no son vinculantes al Consejo Nacional Electoral ni al Tribunal Supremo de Justicia, por ser éste un proceso voluntario de la ciudadanía.
Pero, la verdadera intención de promover estas irritas acciones jurídicas no pasan de ser formas de amedrentamiento, edulcoradas con un tenue tinte de legalidad, dirigidas a la población chavista, a la poca militancia que le queda al partido oficialista; con la pretensión de despertarlos del estado de shock que les produjo el resultado de la elección de María Corina Machado, como candidata presidencial.
Desde la cúpula roja no encuentran la forma cierta de levantar los ánimos para salir a la calle a reclamar nada, porque no hay nada que reclamar. Pero, además, cómo reclama la militancia psuvista los resultados de las primarias, si muchos de ellos también votaron por María Corina. El régimen se niega a aceptar que perdieron la calle.
Otra forma de llamar la atención, y que pretenden sembrar en su militancia, es el falso nacionalismo cuando anuncia la realización de un Referéndum Consultivo con el tema del territorio Esequibo; cuando por todos es sabido que no es necesario consultar nada porque todos los venezolanos damos como nuestro ese territorio.
Pero, la audacia de quienes no quieren soltar el poder porque saben lo que se les viene encima, pasa por la insinuación de una confrontación bélica con el vecino país de Guyana para tener una coartada de declarar un Estado de Excepción, suspender las garantías constitucionales; y por tanto posponer o eliminar las elecciones que se han de realizar en el segundo semestre del 2024; otra chapucería política. Todo un tinglado cuasi legal, impregnado de supuestas buenas intenciones; que, ni siquiera su propia gente le ha comprado.
Todo este parapeto del Gobierno para alborotar a su gente tomó el camino del fracaso, tal como ha ocurrido con su gestión administrativa durante 24 años. Pero, por si fuera poco, también saben en Miraflores que están apuntados por la Corte Penal Internacional (CPI), con el tema de los delitos de lesa humanidad; y por el acuerdo que firmaron en Barbados, teniendo como testigos de excepción a Noruega y Estados Unidos; quedándole a este último la facultad de suspender la concesión que acaban de darle con las sanciones, para comercializar en el mundo el petróleo, el gas y otros minerales.
Por todo lo anterior, podemos asegurar que el discurso de la cúpula no llega ni llegará a su militancia.
Rafael González
rafagonrg@gmail.com
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