Por otra parte es importante considerar que aun cuando la mujer biológicamente cuenta con mayor capacidad orgásmica que el hombre, el porcentaje de insatisfacción en ellas por no llegar o no creer llegar al orgasmo es muchísimo mayor, lo que nos lleva a tratar de analizarlo con este enfoque.

Es importante que recordemos también que no debemos confundir anorgasmia con frigidez o vaginitis. La frigidez es la ausencia de deseo o de placer ante el estímulo sexual, y la vaginitis se trata de cerrarse por completo e inconscientemente hacia la penetración, haciéndola imposible.

La anorgasmia, desde la Descodificación Biológica, obedece a un alejamiento voluntario e inconsciente del goce y del placer, ya que sentirlo generaría culpabilidad. Pudiendo relacionarse con creencias y conflictos emocionales relacionados con el “no merecer”, “no dejarse ir o no permitirse”. Podemos encontrar “miedo a la unidad”, a regresar al origen o hacer “uno” con el otro.

También lo podemos encontrar en personas que presentan miedo a la muerte, ya que durante el orgasmo “morimos un poco, desaparecemos, nos desvanecemos”. En estos casos, buscaremos también resolver situaciones de placer sexual vivido con culpa o “como un pecado”.

La información contenida en nosotros proveniente de nuestro transgeneracional además del inconsciente colectivo que vivimos, nos relaciona con un enfoque cultural caracterizado por una concepción «pecaminosa» del placer sexual, lo que junto a experiencias de dominación por parte de la pareja (especialmente del hombre) puede llevar en muchos casos a la mujer a vivir inconscientemente el sexo como un abuso, por lo que la relación de ninguna manera “debe o puede ser placentera”.

Finalmente, en estos casos debemos explorar también si se tiene algún conflicto que implique desconfianza o miedo en cuanto a la capacidad creativa. La anorgasmia sanará si te abres y dejas de lado los miedos, falsas creencias, tabúes y los excesos moralistas.

Sentir placer es BUENO, malo es censurarlo. El Creador, a través de la biología, no pudo equivocarse al dotarnos de él. El punto de partida se encuentra en abrir la mente y abandonarse al placer. No es necesario pensar o controlar, y mucho menos afanarse en buscar el orgasmo.

Sólo fluye, el orgasmo es una guía divina en sintonía con tu capacidad creadora. Sólo es cuestión de deshacerse de esas creencias que puedan hacerte sentir indigna(o), así como del miedo a no ser, o a morir. ¡Suéltate!

Este artículo tiene fines informativos. No debe ser considerado como forma de diagnóstico, prescripción o tratamiento médico o psicológico. Si es de su interés el tema aquí tratado debe antes consultar con personal calificado.

Rafael EN BIO

rafael.biomagnetismo@gmail.com